Nissan: Carlos Ghosn, presidente y CEO de Nissan, comparte la historia de su vida

Carlos Ghosn, presidente y CEO de Nissan y CEO de la Alianza Renault-Nissan, ha publicado en el periódico japonés Nikkei Asian Review una serie de artículos relacionados con su vida personal y carrera, en los cuales reflexiona sobre su vida cotidiana e identidad – su niñez, juventud y vida adulta – así como su carrera profesional.

Te invitamos a leer la primera de esta serie de entregas denominadas “Mi Historia”, por Carlos Ghosn, mismas que podrás encontrar en nuestro sitio de prensa.

“Mi historia”por Carlos Ghosn
Parte 1: Volando en Año Nuevo

“Estoy en algún lugar sobre el Océano Atlántico, cruzando a una altitud de aproximadamente 14 mil metros. Mientras vuelo hacia Brasil mis pensamientos están en Japón, pues aunque para mí es una tradición pasar las fiestas de Año Nuevo con mi familia en Brasil, una parte de mí desearía poder estar también en Japón durante el día más celebrado del año.

Como CEO de Nissan y Renault y presidente de la Alianza Renault-Nissan, divido mi tiempo cada mes entre Japón, Francia y otros mercados donde las compañías operan, como Brasil, China y Medio Oriente. La gente comúnmente me pregunta qué hago cada día y es difícil responder, pues no hay dos días iguales. Todo depende de la región en la que me encuentre trabajando y las decisiones que necesiten tomarse. Sin embargo, todos los días estoy enfocado en el desempeño y éxito de ambos negocios.

Sin importar dónde esté, soy madrugador. En París usualmente estoy en la oficina a las 7:30 a.m. En Japón suelo llegar casi a las 8 a.m. por el tiempo adicional de trayecto entre mi casa en Tokio y las oficinas de Nissan en Yokohama. Cuando por fin llego a la oficina ya he estado trabajando calladamente por mí mismo durante horas. Me doy cuenta que estas suelen ser mis mejores horas de trabajo.

La mayor parte de mi día está estrictamente programado. Las juntas inician a las 8 a.m. y no terminan hasta que el día concluye, normalmente alrededor de las 8 p.m. o más tarde. Es común para mí partir de Tokio un viernes por la noche para asistir a juntas en otro país durante el fin de semana, y luego volar a París para toda una semana de trabajo. Ante esto me ayuda el hecho de que siempre he podido dormir bien en aviones. Este tipo de vida puede impactarte tanto física como socialmente, y tienes que aprender a manejar el precio que te cobra, ya que es algo que se exige a muchos líderes en la era de la globalización.

La globalización está cambiando la forma en que hacemos negocios y lo que significa ser competitivo. También estamos viendo otras tendencias sociales que están redefiniendo al mundo global de negocios, como la identidad y el resurgimiento del nacionalismo. Estas dos tendencias coexisten. Para entender a lo que me refiero, consideremos el Brexit: Reino Unido votó para salir de la Unión Europea, pero aún quiere trabajar con la región y negociar con el mundo.

Sin duda, ambas tendencias están en juego en Nissan. La globalización es lo que hace posible que vendamos nuestros vehículos en más de 160 países y lo que atrae a talento diverso, pero nuestra identidad permanece profundamente incrustada en nuestro ADN japonés.

También estoy a cargo de Renault. Durante los últimos 17 años, Renault y Nissan se comprometieron en una alianza única que genera sinergias para ambas compañías. Estas dos empresas han compartido metas, al tiempo que mantienen diferentes culturas e identidades. La Alianza Renault-Nissan es un ejemplo de que, a pesar de tener diferencias en lenguaje, regiones y tradiciones, dos compañías pueden ser más fuertes juntas. De esta forma, la Alianza adopta tanto las oportunidades de la globalización como los beneficios del individualismo.

Así como la globalización y la identidad describen a Nissan, también expresan perfectamente mi vida. Mi abuelo fue un hombre libanés que se mudó a Brasil, donde yo nací. Pasé la mayor parte de mi juventud y mis días de preparatoria en Líbano antes de ir a la universidad en Francia, donde adquirí la ciudadanía francesa. También viví en Estados Unidos por muchos años y tengo hijos que aún viven ahí. Pero me siento brasileño cuando estoy en Brasil, así que me sentí orgulloso al cargar la antorcha olímpica en mi país natal al inicio de los Juegos Olímpicos de Río el verano pasado.

Mis hijos también crecieron con muchas influencias culturales. Nacieron en Brasil y en Estados Unidos; y han recibido educación en Francia, Japón y Estados Unidos. En todos los lugares donde han vivido han recogido diferentes influencias culturales, por ejemplo, han adoptado la gracia y escrupulosidad de la gente japonesa, mientras que personifican una forma de pensar exclusivamente francesa. Creo que algún día el mundo estará lleno de personas como ellos, que sean capaces de retener sus identidades mientras aceptan la globalización.

El destino de una persona ya no está determinado por su lugar de nacimiento. Hace veinte años era normal que las personas trabajaran en su país natal; pero a partir de ahora más personas vivirán y trabajarán lejos del lugar donde nacieron.

Esto abre nuevas oportunidades, pero también expone a los individuos a nuevos riesgos. Por ejemplo, la globalización requiere que más gente trabaje en países desconocidos por largos periodos de tiempo. Además de adaptarse a nuevos ambientes, también tendrán que lidiar con cambios de horario e incluso perder amigos en el camino. Los sacrificios que hagan serán grandes; y necesitarán mucha determinación y recursos para sobrepasar esos retos. Mi vida no está exenta a estos sacrificios, sin embargo, la globalización también puede expandir horizontes y permitir que las personas se den cuenta de su potencial y alcancen el éxito.

Las personas alrededor del mundo, en especial en Japón, se están abriendo a la idea de un estilo de vida global y es en este contexto que comparto mi propia historia, con la esperanza de que pueda brindar inspiración.”

 

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